Interesante y magníficamente trabajado el reportaje aparecido recientemente en ABC, firmado por Javier Macías, titulado "La lista de deberes para la Semana Santa" donde exponía unas series de consideraciones sobre lo positivo y negativo de la Semana Santa de este año, con sus alternativas. Pero yo me quedo (en lo positivo) con un hermoso detalle que desde hace un par de años va haciendo la popular y entrañable Hermandad de Las Siete Palabras, ubicada en la parroquia de San Vicente Mártir: que ha ampliado su ruta para introducirse por muchas calles del barrio, uniendo así cofradía con el vecindario. Verdaderamente son momentos para disfrutar de las esencias de un barrio que durante una semana se convierte en un solemne centro de sentir religioso, atracción popular y tradicional. Una escapada al barrio en la mañana del Miércoles Santo permite saborear instantes de una Semana Santa pura y limpia, donde se respira mucha verdad, mucho señorío, mucho pueblo, mucha vida. El Miércoles Santo es en el barrio de San Vicente Mártir el día más grande del año. Los vecinos adornan los balcones, se trajean con sus mejores galas, hasta los hay que ponen sus compromisos al servicio de la hermandad. Ese día del Miércoles Santo todo el barrio hace hermandad también. Y así se está haciendo constar felizmente hará unos años. Y el vecindario muy contento, feliz y agradecido. El periodista Alberto García Reyes, pregonero del pasado año, dijo que la Semana Santa es una manifestación religiosa donde Dios es quien se pasea por las calles de Sevilla...y Las Siete Palabras por su barrio de San Vicente Mártir.
Conozco a una familia cuyos miembros están todos apuntados en las oficinas del paro.Es una triste realidad. El desempleo no solo supone la falta de ingresos económicos, sino también la carencia de reconocimiento de derechos de protección social; impide también el mantenimiento de la vivienda y de participar del ocio y de la sociedad de consumo. A ellos se unen también la pérdida de autoestima y el deterioro de las relaciones sociales y familiares. Ello podría llevar al individuo a la exclusión social. Peor lo tienen los jóvenes que no han accedido a su primer empleo, pues originan en ellos un sentimiento de frustración. que les imposibilitan a iniciar proyectos, sobre todo esa no deseada dependencia familiar. Ante este panorama desalentador, les recomendaría a todos que no dejen morir la esperanza ni se dejen llevar por la sensación de fracaso, la ilusión constante traerá el modo de poder encontrar la luz para un trabajo digno.
Desde hace décadas, a nivel personal, suelo hacer por costumbre, al finalizar el año, revisar mi vida y plantearme metas y propósitos para el año entrante. Posiblemente para muchos eso será una chuminá, pero ese compromiso me invita a esforzarme con ilusion por cumplir y vivir según los propósitos trazados. Siempre se ha dicho que los hombres se visten por los pies, es decir, que deben ser hombres (y mujeres) de palabras, por coherencia y dignidad. En esta línea, señor director, es preciso definir nuestros propósitos para el año que comienza, tomárnoslos en serio y hacer de ellos un verdadero compromiso.Hay quienes optan por plantearse propósitos materiales y otros buscan crecer en el valor moral y espiritual. Conozco a muchos que prefieren definir propósitos que les ayuden a ser mejores personas y, como creyente, a ser mejores cristianos. En definitiva, se trata de hacer ciertas cosas y dejar de hacer otras. También de asumir actitudes y dejar de lado otras tantas. Sería interesante trabajar para que la crisis que padecemos en valores y en economía no aparezcan en este año que acabamos de inaugurar.
Otro año más para enfadarme cuando toco el tema de la Primera Comunión.Para muchas familias la Primera Comunión se ha convertido (desgraciadamente) en la "nueva puesta de largo", donde los padres utilizan lo más sagrado como algo de usar y tirar. Es un espectáculo doloroso (no siempre, gracias a Dios) que tenemos que presenciar todos los años.Los niños (y niñas) están más pendientes de la fiesta, de los regalos que recibirán, del vestido, del peinado, que de lo realmente importante: recibir a Jesús Sacramentado. Muchos finalizarán el día de su primera y última comunión cuando termine el banquete, se repartan los regalos y los invitados regresen a sus hogares. Muchas culpas las tienen los padres que confunden una Primera Comunión con un festín por todo lo alto, desdibujando la necesaria austeridad de un niño que va a recibir a Jesús Sacramentado. Los padres se deben de ocupar y preocupar, ante todo, de explicarles sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Todo lo demás sobra.
La mayor parte de España, y Sevilla en particular, celebramos la Fiesta de la Inmaculada. No nos cansamos de mirar y admirar la belleza y santidad de esta mujer que terminó siendo Madre de Dios y también madre nuestra. Sevilla siempre quiere mirarse en su espejo y sentir su cercanía gratificante.Pienso que no hay signo de esperanza más hermoso y entrañable que una mujer embarazada;ningún signo de esperanza más digno para Sevilla que la Virgen embarazada de Dios. Nuestra ciudad está de enhorabuena porque Ella convive con todos nosotros en este dia tan especial, colmada de gracia y de misericordia. Ella se inclina invisiblemente sobre todos aquellos que se encuentran angustiados por necesidades de un trabajo,carentes de esperanzas truncadas,de familias rotas,de ancianos abandonados,de jóvenes enganchados en la droga. Por eso la inmaculada en Sevilla es un argumento siempre de esperanza, porque mirándola esta ciudad se llena de belleza y de amor. En Sevilla, la Inmaculada es el triunfo de la gracia sobre el mal, de la misericordia sobre nuestras miserias. La Inmaculada en nuestra capital mariana, es cercana a todos, serena, sonriente y dichosa. Se acerca al que sufre para compartir y controlar. Y Sevilla se alegra siempre con su presencia.